El débil nunca puede perdonar. El perdón es un atributo del fuerte.
No me importa ser tachado como débil por una de las mentes que más respeto en este mundo, pero yo nunca perdonaré las injusticias que los malditos políticos han cometido (¿Me oyeron Gober Precioso y Peña Nieto -Atencazo-?).
¿Qué nos pasa a los mexicanos que no tenemos memoria histórica para odiar a los políticos que nos han hecho daño? Tranquilos, éstos dejan pasar el tiempo hasta que, según ellos, el olvido se transmuta en el anhelado perdón de la sociedad. Pero, como pregunta la excelsa Carrie Bradshaw (Sex & The City):
Can you really forgive if you can’t forget?
La razón de esta entrada fue el haberme enterado de que nuestro querido ex-presidente Carlos Salinas de Gortari estaba planeando su triunfal regreso al mainstream político mexicano (¡con una gubernatura en Nuevo León!)... hasta que el Osito Tellez le aguó la fiesta con su ya famosa declaración accidental (pues bien, el Osito terminó haciendo un Homero jajaja). Dicen que (Salinas) cerró fúrico su celular en Madrid, al enterarse de la noticia; regreso a sus nadas despreciables condiciones de auto-exilio, para dejar pasar mas tiempo y que lo volvamos a perdonar. Por el mismo camino espera transitar Bejarano (estrella invitada en los videoescándalos); mas tarde Francisco Chiguil (parte deshechable en el caso del News Divine)... y la lista se hace interminable.
¿Acaso soy el único indignado? ¿Qué nos pasa realmente?, ¿es perdón o es olvido?
Una última frase:
No es que recuerde, si no que no olvido.
-Rie y llora, canta Celia Cruz
yo también soy débil... tampoco olvido... pero creo que somos dispersos... nunca nos enseñaron a actuar en conjunto, excepto cuando hay que madrearse a alguien.
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