miércoles, 4 de marzo de 2009

Patio trasero

Imaginen a la familia Hernández: padre, madre y tres hijos, de los cuales dos son pequeños y uno ya es adolescente (Sebastián). Su vecino -el señor Williams- también tiene dos hijos de la misma edad de Sebastián.
Un día, los Hernández deciden construir en su jardín un columpio para los pequeños de la casa; sin embargo Sebastián estaba planeando construir ahí un garage para ensayar con su banda de rock. Al senor Williams le conviene que Sebastián construya el garage, pues asi sus hijos podrían dejar de hacer ese ruido infernal con sus guitarras, que siempre lo despierta temprano los domingos.
El senor Williams comienza a darle consejos al jóven Sebastián, diciéndole que él se merece más el garage, que él es el más inteligente de los tres hermanos, que además es el primogénito, etc. Le hace la promesa de que si consigue que el garage sea construido en el patio, entonces comprará un nuevo amplificador para la banda de rock.
Sebastián trata por todos los medios de convencer a sus padres de que le construyan el garage (sin mencionar el ampli que le van a regalar, por supuesto), pero los Hernández están decididos a construirle el columpio a los pequeños, ya que el parque les queda muy lejos y los padres no pueden llevarlos frecuentemente a que jueguen.
El senor Williams, junto con sus hijos y con Sebastián comienzan a sabotear la obra del senor Hernández, ya sea escondiéndole los materiales, robándole la herramienta, modificándole los planos, o poniendo pancartas y distribuyendo volantes con leyendas como: ¿Sabías que los columpios son peligrosos para los niños?, o Garages y libertad para las bandas de rock.
Al final, Williams le presta mucho dinero a Sebastián y juntos compran el material para hacer el garage. Ese mismo día, tan pronto como el señor Hernandéz se va a la cama, comienzan a trabajar de manera furtiva en el proyecto del garage. De manera burlona, Williams exclama: Pobre Hernández, ¡no sabe la sopresa que se va a llevar!
Al día siguiente el señor Hernández se levanta y asombrado descubre que en el patio ya no estaban mas sus planos ni los soportes de los columpios, sino que yacían los cimientos de un garage construido por los tres jóvenes. En eso vé a Williams y éste comienza con su letanía: mira Hernández, estabas haciendo mucho desorden en tu patio vecino, eso nos afecta a todos, por que estas deteriorando la imagen del vecindario. Además, tu hijo Sebastián compró el material de su garage, ¡y mira!, ya lo estamos construyendo.
Sin saber como reaccionar, lo único que atina a decir Hernández es: ¡pero este garage sólo les va a servir a Sebastián y a tus hijos! ademas mi familia tendra que soportar todo el ruido de los ensayos, y mis pequeños tendran que seguir sin jugar en el parque, y...
De repente, Williams le interrumpe: Bueno ya hablamos con la policia municipal y dicen que todo está bien, además los muchachos ya tienen planes de instalar una parrilla de gas detrás de su nuevo garage, ¿verdad muchachos?, y como ellos no tienen dinero, yo la instalaré.
A lo que Hernández dice: ¡Pero si es nuestro patio, es nuestra casa! ¿Cómo es posible que puedas decidir sobre nuestro patrimonio! Williams le dice: ¡Ya hable con Sebastián!, ¿verdad muchacho? Y efectivamente, Williams le habia prometido a Sebastián que, a cambio de instalar la parrilla de gas atrás del garage, él podría hacer uso de ella una vez cada año.

Moraleja
: ¡Yankees, go home!

Documente su optimismo. Estados Unidos intervino (interviene) e impulsó (impuso) la creación de gobiernos y dictaduras militares en:
Among others!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario