La analogía con la que asocio este precepto es precisamente encontrar una flor en el desierto. De por sí, las flores -tan frágiles ellas- viven una vida efímera y necesitan condiciones y cuidados muchos para nacer, crecer y desarrollarse.
Me pregunto si esto quiere expresar el realizador del cartel que presento yo aquí, y que ha tomado la misma frase con la cuál yo designo el milagro de que mí mujer se halla podido desarrollar y escapar de un medio que me hace llorar cada vez que le escucho hablar de él.
de nosotros depende sembrar semillas para que algun dia crezcan muchisimas flores sobre el desierto. un abrazo
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