viernes, 5 de marzo de 2010

Flor del desierto

Presenciar ya sea el nacimiento, crecimiento o desarrollo de algo, aún a pesar de que éste algo se halle sujeto a condiciones sumamente adversas, me hace querer abrazar y sentir como mí principio director aquél breve aforismo Árabe de "estaba escrito". Yo veo en estas dos palabras la irrompible voluntad natural de lo que es necesario que sea.
La analogía con la que asocio este precepto es precisamente encontrar una flor en el desierto. De por sí, las flores -tan frágiles ellas- viven una vida efímera y necesitan condiciones y cuidados muchos para nacer, crecer y desarrollarse.
Me pregunto si esto quiere expresar el realizador del cartel que presento yo aquí, y que ha tomado la misma frase con la cuál yo designo el milagro de que mí mujer se halla podido desarrollar y escapar de un medio que me hace llorar cada vez que le escucho hablar de él.